Esta guía te puede servir para chequear tus mezclas antes de dar el último paso de la cadena y Masterizar.
- Recuerda que la mezcla debe ser la mejor que puedas obtener. El Mastering no es un milagro ni va a poder arreglar una mala mezcla.
- Recuerda también hacer una escucha selectiva buscando clips, ruidos, hiss y demás artefactos que puedan ser amplificados por el mastering. Y chequea tu mezcla en mono para evitar cancelaciones de fase y problemas derivados de la polaridad.
- Evita alcanzar un nivel final cuyos picos alcancen la zona roja o “clipeen” en 0dBFS. Debemos dejar “headroom” o capacidad de procesamiento para el Mastering, así que nuestro nivel final debería rondar entre -12 y -6 dBFS aproximadamente.
- En tu Master o 2 Buss (la pista por la que pasa todo tu proyecto), evita utilizar limitadores ni compresores muy agresivos. Si los tienes y son esenciales para tu sonido, plancha una versión con y otra sin compresión.
- Elimina cualquier plug in del Master Buss que no sea absolutamente necesario o que te genere dudas. Menos es más en este caso.
- Intenta siempre mantener la resolución máxima (Bits-KHz) de tu proyecto e, incluso, piensa en planchar tu mezcla a 32bits para enviarla a Masterizar.
- Si crees que pueden necesitarse veriones instrumentales o trabajas sin posibilidad de recall, plancha varias versiones de tu mezcla (+2dB voz, -2dB voz. +2 dB instrumentos, +2dB batería…)
- Nombra tus archivos de forma coherente y facilmente reconocible, especialmente si has planchado varias mezclas y si vas a trabajar con otras personas.
9.Antes de dar el paso definitivo y una vez que hayas chequeado todos los puntos anteriores, haz una escucha final antes de pasar al mastering para chequear que todo está en su sitio.
- Busca, al menos, 3 referencias sonoras comerciales para la sesion de mastering. Tanto si la haces tú como si la mandas a otro ingeniero, esas referencias son cruciales para alcanzar objetivos competitivos.